En la mente de los seguidores de Fórmula 1 permanecerá durante mucho tiempo la imagen de Romain Grosjean saliendo de su Haas en llamas en el Gran Premio de Baréin 2020. El francés pasó 30 segundos metido en el monoplaza ardiendo, aunque finalmente logró salir y salvó la vida.
Once meses después, su situación ha cambiado. El francés ha consumado una gran temporada en la IndyCar y está casi recuperado de su accidente. Y es que el casi radica en su mano izquierda.
Mientras que la derecha está "100% bien", la zurda aún tiene importantes quemaduras que le obligarán a pasar por quirófano en noviembre para someterse a un trasplante de piel.
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"Nunca volverá a estar perfecto", ha señalado en declaraciones a 'In the Fast Lane'. "Es doloroso, pero aprendes a vivir con ello", dice Grosjean, que podría requerir otra intervención en 2022.
Sin embargo, Grosjean asegura que puede vivir su día a día con toda normalidad: "Puedo jugar con mis hijos, puedo conducir, básicamente puedo vivir con normalidad. Hay algunas cosas en las que estoy un poco limitado, pero el 95% de las veces funciona bien. No se ve muy bonita, pero es mi cicatriz de guerra".