Quien manda es quien más teme un cambio en las reglas de juego. Quien domina es quien menos quiere que las cosas se transforme. Que se modifiquen. Y eso es lo que teme Red Bull. Teme la llegada de la F1 en 2026. La entrada de unas nuevas normas en lo que a motores se refiere que según dicen podría suponer un gran problema.

Uno en forma de menor efecto rebufo. De menor efecto DRS. De que a saber si por la mayor proporción de la parte eléctrica el motor de combustión va a ser simplemente para recargar baterías. Sí, porque lo que para muchos es una buena nueva, sobre todo para esos motoristas como Ford y Audi que van a llegar en 2026 a la F1, para Red Bull no es algo que vean con buenos ojos.

Así lo ha dicho Christian Horner, jefe de Red Bull, en una entrevista con 'AutoMotor und Sport': "Hay que ver qué proporción de potencia eléctrica y del motor de combustión queremos lograr".

"No debemos crear coches Frankenstein"

"No hay que crear coches Frankenstein. Con esta aerodinámica activa no habrá rebufo ni DRS suficientes para adelantar", insiste.

Porque tiene dudas sobre las unidades de potencia: "No hay que permitir que los pilotos bajen de marcha en rectas para recargar baterías".

"Se puede evitar, corrigiendo la relación entre potencia eléctrica y motor de combustión", sentencia.

En 2026, el motor de combustión pasará de 760 a 570 caballos, mientras que la potencia eléctrica se va a casi triplicar, llegando a los 475.

Además, el peso de estas unidades de potencia va a ser 40 kilos más para llegar a casi 200.