Cómo se nota el trabajo que se hace año tras año en la fábrica de Red Bull. Cómo se nota cuánta importancia tiene la aerodinámica para la marca de las bebidas energéticas. En Mónaco, en una pista en la que el motor importa lo justo y cuenta más el monoplaza y sobre todo las manos del piloto, Daniel Ricciardo ha mostrado habilidades al volante para conseguir una pole de récord. De récord tras récord mejor dicho, que ha acabado con él marcando un 1:10.810.

Y es que el oceánico ha dominado sin apenas problemas y sin ningún tipo de oposición. Sin temor a los muros, y acercándose a ellos tanto que parece que hasta le gustan, Daniel ha mostrado su talento. Uno que le sobra. Uno que le hace provocar el '¡uy!' cuando se ve cómo pilota con la cámara subjetiva. En Q1, en Q2 y en Q3 no hizo más que pintar de morado una pista en la que con cada vuelta batía el récord.

Mientras él se exhibía en el asfalto, Max Verstappen estaba de pie en el box de Red Bull. El holandés, fuera por un accidente en los Libres 3 totalmente evitable, sigue con su particular Mundial de incidentes con además una sustitución de caja de cambios. Esa fue la diferencia, una diferencia que hará que mientras uno disfrute en Mónaco el otro lo pase mal saliendo último en un trazado en el que adelantar es particularmente complicado... pero no imposible.

En eso precisamente confían los dos miuras que salen tras el toro rojo en Montecarlo. El primero de ellos será Sebastian Vettel, principal opositor en la lejanía al dominio Ricciardo en Mónaco. El segundo, Hamilton. Los dos que pelearán por el título, juntos en segundo y tercer lugar, en una pista que no perdona el fallo.

Que marca la diferencia entre los buenos pilotos y los excepcionales. Entre los buenos y los mejores. Que hace ver por qué Fernando Alonso está tan bien valorado entre la comunidad F1 a pesar de llevar 11 años, camino a 12, sin levantar título alguno en monoplazas. El asturiano estuvo tranquilo con el coche naranja, que mostró sus virtudes y ocultó sus defectos en velocidad para situarse séptimo.

Para no tener problemas, por fin, en clasificación. Incluso llegó a liderar durante cierto tiempo la Q1 y la Q2, hasta que Ricciardo y compañía se pusieron las pilas. Su diferencia con respecto a Bottas fue de hecho de apenas dos décimas en la siempre dura pelea por entrar entre los diez mejores.

Más costumbre tiene Carlos Sainz, que sudó lo suyo en esta ocasión para entrar y para noquear de paso a su compañero Nico Hulkenberg, siempre gran clasificador. El madrileño reconoce su gran vuelta que le va a permitir salir octavo, justo tras su compatriota Alonso, tras los ya imbatibles pilotos de Mercedes y de Ferrari, y del gran Ricciardo. Ocon también se ha 'colado', con un Force India que siempre sorprende.

El 99% del fin de semana está cumplido. La clasificación de Mónaco, una de las más importante, o la más importante, de todo el Mundial de F1, ha concluido. Ricciardo, superior. Vettel y Hamilton luchando en carrera y en el Mundial. Y Fernando Alonso y Carlos Sainz con su particular camino para sumar cuantos más puntos mejor a la espera de, por qué no, algo que les dé un podio. En Montecarlo todo es posible.