Mejor en casa que en ningún otro sitio. Mejor delante de tu afición que ante cualquier otra más neutral. Mejor lograr la pole en Italia, con tus 'tifosi' y con toda Ferrari pendiente. Eso hizo Kimi Raikkonen, quien mientras todos miraban a Vettel y a Hamilton metió un auténtico hachazo a los cronos del GP de Italia. Primer puesto de salida para 'Iceman', con un bestial 1:19.119, en un día de fiesta en Maranello.

No es para menos, porque se dieron un par de alegrías en un fin de semana marcado en rojo, casualmente, para ellos. En uno en el que deben demostrar su velocidad. En el que su motor, uno que o bien es igual o incluso mejor que el de Mercedes, tenía que dar el do de pecho. Lo dio, tanto para un Vettel que mantenía el tú a tú con Hamilton como para un Raikkonen que demostró por qué fue él quien ganó el último Mundial para Ferrari.

Nada, o poco, hacía augurar que el finlandés iba a tener la pole en Italia. No porque no fuera rápido, sino porque Vettel lo era más. Si Hamilton pintaba de morado la pista de Monza, él cogía y le devolvía la jugada. El juego de los rebufos cobró vital importancia, al igual que las estrategias. Y con Vettel relamiéndose tras vencer a Hamilton llegó Raikkonen, que salió tras Seb, y se llevó el mayor premio posible.

Fueron claves los rebufos. Así llegó Fernando Alonso hasta la Q2. Quién lo iba a decir viendo cómo iba McLaren este fin de semana y que la velocidad punta no es precisamente su fuerte. Con Honda o con Renault, o con cualquier marca que se le ponga en el hueco del motor, el coche naranja no corre tanto como lo hacen otros. Con Vandoorne ayudando, el asturiano puso al MCL33 en una ronda impensable.

Y ahí volvió a llegar el ya mítico duelo Alonso - Magnussen. Fernando se colocó tras el Haas, buscó adelantarle gracias al rebufo y el duelo acabó con ambos fuera de Q3. Parecía claro que el McLaren no iba a estar entre los diez mejores, pero la escudería estadounidense, a priori mejor que los de Woking, se quedó sin una de sus piezas para el duelo de los más rápidos.

Carlos Sainz sí, y usó su sabiduría a pesar de su juventud para meter el coche donde lo debía meter para usar los rebufos. O bien tras un Mercedes o tras un Ferrari, y tras Kimi Raikkonen dio la vuelta. No pudo elegir mejor, pues el finlandés no cometió un solo error en su vuelta lanzada. Así pues, el madrileño obtuvo el séptimo mejor crono, tan solo superado por Romain Grosjean y su Haas con, casualmente, motor Ferrari.

Se avecinan tiempos de cambio en la F1, con una Mercedes que ha visto cómo su posición de dominio imperial ya se vio amenazada en 2017 y quizá superada en este 2018. El rojo empieza a asomar de nuevo en un deporte que hacía mucho tiempo que no veía a una Ferrari tan fuerte como esta... pero los puntos se reparten en carrera. Todo listo para competir en el templo de la velocidad.