La temporada de Ferrari ha sido para olvidar. Relegados a la mitad baja de la tabla del Mundial de Constructores tras Mercedes, Red Bull, McLaren, Racing Point y Renault, la escudería italiana quiere darle la vuelta a la situación de cara a la campaña venidera.

Dentro del plan de renovación estaba el cambio de compañero para Charles Leclerc tras la decepción que ha causado Sebastian Vettel en Maranello. Con la firma de Carlos Sainz estampada en el contrato con la 'Scudería', Ferrari se tuvo que poner manos a la obra con el nuevo monoplaza.

El objetivo es volver a dotar al coche de la velocidad que siempre ha caracterizado a los 'cavallinos'. Entre 2019 y 2020, los Ferrari perdieron cerca de 50CV de potencia por las limitaciones de la FIA en términos de combustible, situándose en 80CV menos que Mercedes, que tiene el motor más potente.

"La nueva unidad de potencia probablemente estará equipada con un nuevo tubo, más pequeño, para actuar directamente sobre el MGU-H (generador eléctrico calorífico) y mejorar su eficiencia. Con toda probabilidad, es en la parte híbrida donde se centrará el trabajo de los ingenieros del equipo Maranello, en busca de los caballos perdidos", señala 'MotorSport Week', que ha sacado a la luz las novedades acontecidas en Italia.

De esta manera, se pretende ganar entre 30CV y 50CV de cara a la próxima campaña. De lograrse, tanto Sainz como Leclerc estarían en condiciones de pujar por el podio cada fin de semana, aunque a falta de tres meses para el regreso de la competición, todo son cábalas.

Desde la 'Scudería' califican al nuevo SF21 como un coche con un motor 'superrápido' y, seguro, Carlos Sainz ya sueña con ponerse a los mandos del monoplaza.