No ha sido en la pista, sino en los despachos el lugar donde Ferrari ha intentando desestabilizar a Red Bull impidiendo la alianza Red Bull-Ford.

La llegada de Ford a la Fórmula 1 como socio de Red Bull para la nueva era de motores en 2026 ha desencadenado revuelo entre el resto de escuderías y en medio de la polémica no era extraño ver a la marca italiana.

Según ha publicado 'la Gazzeta dello Sport', los de 'Maranello' no veían con buenos ojos que los austriacos se vinculasen con un fabricante, dado a la competencia directa entre ambas marcas.

Esto provocó el enfado y desacuerdo de Ferrari, ya que Red Bull contaría con ventajas de presupuesto y un mayor tiempo para realizar pruebas en comparación con los otros constructores.

La intervención del presidente de Ferrari John Elkann, junto con el apoyo de Mercedes, Renault y Audi habrían conseguido impedir la pretensión de Red Bull en situarse al mismo nivel que Audi. Por el momento solo la marca alemana tiene el poder de desarrollar los motores híbridos, y esto es gracias al papel de Ferrari y su empeño en no firmar el nuevo reglamento de motores.