Fernando Alonso tenía marcado en rojo el GP de Francia... y por algo era. El asturiano de Alpine sigue completando el que puede ser su mejor fin de semana desde su vuelta a la Fórmula 1 y, poco a poco, va alzándose como el número 1 de un equipo que en el Paul Ricard traía motor nuevo.

Porque, tras siete Grandes Premios, Fernando evoluciona notablemente mientras Esteban Ocon parece estar estancado. En Francia, casa de la marca del monoplaza azul, Alonso logró el noveno mejor crono de clasificación mientras que su compañero cayó en Q2.

En una Q2 que dejó claro que Alonso está cada vez más cómodo tanto con el coche como con él mismo y con la F1. En Q1, poco apuro, menos aún tras un accidente de Mick Schumacher que terminó en bandera roja y con la sesión finalizada. En la siguiente ronda hizo lo que solo unos pocos pudieron.

A Q3 con el neumático medio

Que fue pensar en la carrera. Pensar en salir con el neumático medio el domingo sin dejar, eso sí, de tener opciones de entrar en Q3. Montó la amarilla y, con ella, voló en Paul Ricard. Voló más que otros que, en su últmo intento, trataron de dejarle fuera usando las ruedas rojas.

Pero no pudieron, y su marca fue tal que en la última ronda, en los últimos doce minutos, salió con las mismas ruedas. Se sentía cómodo, pero tras su primer intento cargó las blandas para terminar en una más que notable novena plaza.

Todos los de su alrededor saldrán con las mismas ruedas que él, lo que les da una ventaja con respecto a otros en una prueba en la que a la degradación no se la espera.

Pole de Verstappen y Sainz quinto

Max Verstappen logró la pole, mientras que Carlos Sainz brilló con luz propia para lograr ser quinto. Para ser el primero del resto en un Gran Premio que se preveía y prevé complicado para Ferrari.

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