La metamorfosis de Aston Martin este 2023, a pesar de lo visto en los test de pretemporada en Bahrein y del notable resultado de Fernando Alonso, para nada ha terminado.

De hecho, tal y como afirma el propio equipo británico, "dos tercios del coche cambiarán durante la temporada". Y precisamente esa brusca transición, que versa en cambiar el 95% de las piezas del AMR22 al AMR23, es con lo que ha debido lidiar el asturiano en Sakhir.

Analizando las tres jornadas de test en declaraciones a 'As', Alonso asegura que hay "buena base para futuros coches" y que el Aston Martin es "fácil de conducir"... pero también que queda mucho pescado por cortar.

¿Se puede decir que han sido fructíferos estos tres días?: "Depende de lo que se considere ir bien. Ya sé que hay mucha atención a los tiempos, pero nunca sabes lo que ruedan los demás. Nosotros estamos contentos porque podemos trabajar en el coche, ha ido bien los tres días, ha sido fácil de conducir y ya hemos comprobado que tiene una ventana de trabajo muy diferente del año pasado. Parece que es una buena base para futuros coches, pero nada más que eso".

Como no podía ser de otra forma, víctima de esa metamorfosis que arranca este texto, el AMR23 tiene algunos hándicaps que salvar dado el no pleno conocimiento que hay en torno al coche, lo que deriva en pérdidas de tiempo.

"Hubo más fiabilidad que en años recientes. Tuvimos algún problema el primer día, pero bien. Lo que pasa es que es un coche tan nuevo, en todo, que para hacer el cambio de un muelle o lo que sea se tarda más de lo que esperamos. Entonces perdemos un poco de tiempo en el programa, porque se necesita algo más de práctica", explica Alonso.

"Teníamos una lista larga de cosas que completar y hemos hecho la mitad. Pero así son los test", añade, denotando que las tres jornadas no se saldaron tan bien como parece.

La ausencia de Stroll

Otro de los problemas que apunta Fernando es la falta de adaptación que aún tiene y la ayuda que podría haberle brindado Stroll en este aspecto.

Desde luego, aprovechar la ausencia de su compañero para rodar más vueltas no fue una buena noticia: "Es peor. Peor. Porque yo siento cosas en el coche, o transmito cosas a los ingenieros, que no sé si son parte de la filosofía de Aston Martin o que vienen realmente de las físicas del coche".

"Si estuviese el piloto que lleva todos los años aquí sería una ayuda grande, porque habríamos podido tener su 'feedback'. De hecho, hemos estado siempre en contacto con él por si nos podía responder a muchas preguntas. Ojalá lo hubiese probado", zanjó.