Fernando Alonso demostró buenas maneras en los Libres del GP de Azerbaiyán y completó su buen hacer en clasificación. El asturiano, con un Alpine más cómodo en Bakú que en Mónaco, recuperó las buenas sensaciones mostradas hasta Montecarlo para volver a una Q3 y, por fin, derrotar el sábado a Esteban Ocon.

Y es que, de cinco fines de semana, el francés se había impuesto hasta en cuatro veces a Fernando por tan solo una, la de Baréin en la primera prueba del Mundial, de Fernando. Ahora, tras Azerbaiyán, la cosa va igualándose.

La sesión, marcada por las banderas rojas. Alonso, destacando en una exigente pista en la que no son pocos los que han cometido errores. Ocon, por ejemplo, en Q2, cuando besó con su neumático trasero derecho uno de los muros de Bakú. El, impoluto.

En Q1 iba volando hasta que no pudo completar su vuelta por el accidente de Lance Stroll. Con el juego de neumáticos en entredicho, tiró de veteranía para manejar sus ruedas y para pasar. Fue 15º, al borde del K.O., pero pasó de fase.

Y lo mismo en Q2. Fue por apenas tres centésimas sobre Sebastian Vettel, con una bandera roja que provocó Daniel Ricciardo que hizo que nadie pudiera dar su segundo intento y, quizá, mejorar el tiempo de Alonso o mejorar él incluso el suyo.

Pero la suerte que tuvo ahí le faltó luego. En Q3 solo dio una vuelta, y fue con neumático blando usado. Cuando montó el nuevo, en el primer sector Yuki Tsunoda se fue largo y estampó contra el muro el AlphaTauri. Carlos Sainz, para evitar problemas, se fue por la escapatoria pero no pudo evitar dañar su alerón delantero.

Con todo, octavo puesto para él tras la sanción a Lando Norris y por delante de Valtteri Bottas, con un Mercedes que en manos de Hamilton, y gracias a los rebufos, fue segundo. Primero, Charles Leclerc.

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