Alpine se ha puesto manos a la obra para que 'El Plan' siga su curso. En el Gran Premio de Arabia Saudí, Fernando Alonso se vio obligado a abandonar por un problema en la bomba del agua. Ahora, el piloto asturiano ha recibido una gran noticia: la escudería francesa cree haber solucionado todos los problemas del monoplaza.

Lo cierto es que el equipo se encuentra entre la espada y la pared. Este fin de semana, en el Gran Premio de Australia, llevará a cabo el último cambio permitido durante todo el campeonato del mundo si no quiere ser sancionado, ya que se trata de la tercera unidad de potencia utilizada en tan solo dos carreras disputadas.

No obstante, los problemas en ambas carreras "no están relacionados", según ha informado el máximo responsable de Alpine, Otmar Szafnauer, en unas declaraciones ofrecidas al portal web 'Motorsport.com'. "En Bahrein, Fernando terminó la carrera y, por precaución, tuvimos que llevar el motor de vuelta a Viry para hacerlo funcionar en el banco de potencia", agregó.

La bomba de agua provocó todo un quebradero de cabeza para los ingenieros del equipo en Yeda, pero ya está resuelto: "Está bien y volverá, sin embargo, el de Arabia Saudí, que era un motor nuevo porque nos llevamos el de Sakhir para investigarlo, tuvo un fallo en la bomba del agua y, por eso, no volverá a funcionar".

"El arreglo ya está hecho, así que no volverá a suceder. Ha sido algo fácil, lo que es frustrante, porque solo es una bomba de agua", añadió el dirigente rumano. Aunque son conscientes de la más que posible penalización para el piloto asturiano por el inevitable uso de un cuarto propulsor a lo largo de la temporada.

"No sé cuándo llegará esa sanción, lo resolveremos y haremos lo correcto. Si hay circunstancias en las que podemos minimizarla, entonces pondremos el nuevo motor, si es necesario", aseguró. El nuevo reglamento permite que todos los equipos puedan ir mejorando a lo largo del año, y el siguiente objetivo de Alpine es aligerar el peso del A522.

Red Bull y Ferrari parecen inalcanzables, pero la escudería francesa sueña con poder competir con Mercedes por el tercer puesto en el Mundial de Constructores, ya que han bajado notablemente su rendimiento con respecto a la pasada temporada. La clave: esa reducción de peso del monoplaza por debajo de los 798 kilos marcados por el reglamento y adaptar la dinámica del coche a las necesidades de cada circuito.

Además, desde Alpine ya ponen fecha al efecto de esas mejoras: "Espero que suceda en la quinta o sexta carrera. Es todo un desafío. Normalmente, tenemos un coche que engorda cinco kilos en la primera mitad de la temporada porque tratamos de hacerlo fiable", indicó Pat Fry, director técnico de Alpine.

"Tenemos que seguir trabajando en ello. Con suerte, a mitad de temporada estaremos fácilmente por debajo del peso normal. Necesitamos hacer ambas cosas, reducir el peso y ganar rendimiento, ya que claramente hay tiempo por vuelta en ambas cosas", continuó.

Otra de las claves en las que se han centrado en el equipo francés es la aerodinámica del coche. "Tenemos algunas actualizaciones para las próximas dos o tres carreras, todas basadas en el conocimiento previo a la competición. Luego, obviamente, hay mucho más tras ver los conceptos interesantes del resto. Mientras hacemos eso, también intentaremos recuperar peso. No estamos tan lejos, pero siempre quieres estar un par de kilos por debajo si puedes", concluyó.