Qué harto tiene que estar Fernando Alonso, sabiendo lo competitivo que es, de no poder cruzar ni siquiera porla bandera a cuadros con su coche. Con un Alpine que, de nuevo, ha vuelto a fallar. Que, con él al volante, ha vuelto a tener un, otro, problema de fiabilidad. Sí, en México volvió a pasar, y el tiempo que parecía tan lejano con Honda y McLaren parece que fueron ayer.

Porque esos años de abandonos, en 2015 y en 2017, están teniendo una tercera entrega con Alpine. Son cinco las veces que el asturiano, bicampeón de Fórmula 1 con Renault,se ha tenido que bajar del coche por un error cuando, de nuevo, estaba de forma cómoda en la zona de puntos.

Con cero dudas de su nivel, que mostró de nuevo en una salida espectacular ganando dos posiciones y dejando a Lando Norris tras él, y que también dejó claro cuando mantuvo a un Bottas con DRS tras él cuando el Alfa Romeo parecía tener más ritmo, el Alpine dijo que ya otro día. Que ya, si acaso, iba a darle a Fernando el coche que se merece.

Incapaz de meter octava

O, al menos, un coche que pueda servir para llegar al final. Con él, en una primera radio que compartió la retransmisión, diciendo que fuera cuales fueran los neumáticos el monoplaza iba perfecto, llegó el momento en que todo cambió.

Sobre la vuelta 58 comenzó el motor a decir que no tenía ganas de seguir funcionando a plena potencia. No podía meter octava. En rectas, una tortuga. Cuando trató de poner el Alpine a tope, adiós. El ruido de su unidad de potencia era, directamente, horrendo.

Ya se lo veía venir él cuando comenzó a ver que sus cronos eran dos segundos más lentos. Que no podía recuperar nada. Que, de nuevo por algo que no depende de él, se iba a quedar sin puntos. Ocon, Bottas... y adiós.

"Es increíble..."

Por radio, en una muestra de tremendo hartazgo por los fallos y por ser él quien siempre los tiene que sufrir en el Alpine, se lo dejó claro a su equipo.

"Vaya temporada, vaya temporada... Es increíble", dijo un par de vueltas antes de tener que parar el coche.

Tremendo cabreo tenía luego, agitando su brazo izquierdo en un gesto que deja evidente lo molesto que puede estar por lo que le está sucediendo este año. En 2023, a Aston Martin... ¿vivirá los mismos problemas con un motor Mercedes?