Mucho tiempo hacía que Fernando Alonso no degustaba el sabor de la victoria. Muchísimo, a buen seguro demasiado, teniendo en cuenta el nivel como piloto que tiene el asturiano en la Fórmula 1. Ha tenido que ser lejos de la competición de la que es bicampeón donde lo ha logrado. Sin necesitar más que una carrera, el de Oviedo ha ganado con Buemi y Nakajima las 6 Horas de Spa a bordo del Toyota.
Salía desde la pole el LMP1 de los nipones, pero ni eso fue garante de una carrera tranquila para Fernando y sus dos compañeros. Primero porque en Rebelion tenían algo que decir, con un coche que aguantó durante los primeros giros el buen hacer de Sebastian Buemi. Y segundo porque, al final, se sumó el otro Toyota en un duelo de igual a igual entre Conway y Fernando Alonso.
Parecía imposible sabiendo que tenían una vuelta perdida, pero así es el Mundial de Resistencia. Con varios coches de seguridad, el equipo nipón vio cómo a falta de media hora sus dos bólidos estaban en un pañuelo, y Alonso volvió a notar seguro esa sensación de presión de quien va primero y tiene al segundo recortando décima a décima en cada vuelta.
Sí, eso que ha perdido con varios malos años en la F1. Suyos no, exhibiendo un nivel de pilotaje por encima de las prestaciones de la máquina. Pero entre unas cosas y otras, entre Ferrari, entre McLaren-Honda y demás, Fernando ha tenido que probar en otros lares para recuperar una sensación que no tenía desde 2013. Primero fue en la Indy, donde Honda volvió a dar fiesta en su motor. Luego en Daytona, en unas durísimas 24 Horas. Y ahora el WEC.
A la tercera fue la vencida, en un cara a cara con Conway en el que a punto estuvo de tener un toque con un doblado. Giro a giro, el británico presionaba más y más a un Alonso que sabe de qué va el juego a pesar de ser un debutante. Se quedó el inglés, y Fernando dejó de apretar. Un mensaje desde boxes fue clave. 'No pises los pianos' dijeron. A partir de ahí ambos bajaron el ritmo.
Restaban diez minutos, pero la victoria estaba ya decidida para Fernando Alonso. Parece mentira, pero hacía casi cinco años de su último triunfo en pista. Fue en España, en 2013, a bordo del Ferrari en el que sería su penúltimo año en la escudería. Alejado de la F1, Fernando vuelve a ganar. Fernando vuelve a disfrutar.