Tras una gran salida en la que ganó dos posiciones, Fernando Alonso pilotaba con suficiencia, marcando el ritmo de los "mortales". Por delante, los Ferrari, Mercedes y Red Bull eran inalcanzables y tras él, el asturiano gestionaba la diferencia con Bottas, Norris y su compañero Ocon.

El bicampeón del mundo de Fórmula 1 sacó el martillo y con la consistencia de un reloj fue limando los tiempos vuelta a vuelta. Todo parecía controlado, todo eran buenas noticias, todos pensábamos que estaba hecho, pero el todo se quedó en nada. De repente sus cronos se desplomaban y la cámara subjetiva explicaba lo que reflejaban los tiempos. El monoplaza número 14 perdía potencia en las rectas. No tenía octava marcha.

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Se podría pensar que es una avería aislada. Una de tantas circunstancias que suceden en este tipo de monoplazas donde la tecnología es tan alta como su fragilidad. Se suele pensar que la suerte se reparte, que los problemas mecánicos se dividen y que los pilotos saben que esto es parte de la F1, pero también se suele pensar que cuando el río suena, agua lleva y que cuando todo le pasa a un solo piloto...

Los errores se acumulan. El de este domingo es solo una de las múltiples averías que ha tenido el monoplaza de Alpine esta temporada. La lista es muy larga y comienza desde la segunda carrera en Arabia Saudí.

- Arabia Saudí: Segunda prueba de la temporada. Cuando iba 7º, por delante de su compañero Ocon, un problema en la unidad de potencia le obliga a parar. Primer abandono del año en la segunda carrera.

- Australia: Tercera carrera del calendario y primera ocasión en la que Fernando Alonso muestra un ritmo capaz de luchar por la primera línea de parrilla en la clasificación del sábado. Ese mismo día, una junta de un sello de aceite provoca su accidente en la Q3. Esa pieza costaba dos euros, a él le costó todas las posibilidades en Melbourne.

- Ímola: Un golpe con Mick Schumacher le destroza media tapa motor y le provoca otro abandono. "Los coches son irrompibles y el mío se destruye por un toque", afirmó el asturiano, frustrado tras llegar a boxes. Ni el monoplaza ni Alpine tuvieron nada que ver aquí.

- Austria: Un problema eléctrico le deja sin poder salir en la carrera al sprint del sábado, lo que le deja sin puntos y saliendo último el domingo. Pese a todo, termina 10º y salva un punto.

- Monza: "¿Tenemos problemas con la potencia o esto es normal?", preguntaba Alonso en medio de la carrera cuando iba 8º. Su ingeniero le respondía que "todo está ok, desde aquí" y el español soltaba un "¡¡Guau!!". Al rato, el Alpine decía basta con un problema en la presión del agua del motor y consumaba otro abandono. Se rompía la racha de 10 Grandes Premios consecutivos sumando, algo que solo los dos Red Bull han sido capaces de hacer esta temporada.

- Singapur: Una carrera después, la unidad de potencia le volvía a dejar tirado cuando iba sexto. Más puntos perdidos.

- México: Otro problema en el motor acaba con una séptima posición que tenía más que asegurada. Un cilindro es el motivo final del abandono.

¿Y SU COMPAÑERO OCON?

Según los datos que aporta la FIA, el compañero de Fernando Alonso no ha clasificado en carrera en tan solo dos Grandes Premios, el de Gran Bretaña, en Silverstone, cuando pilotaba 8º en la vuelta 37, y en Singapur, cuando estaba en decimotercera posición (fuera de los puntos).

El francés, estrategias de equipo, errores en los pit stop y estilo de pilotaje aparte, ha logrado puntuar en 14 de los 20 Grandes Premios, por los 13 del español y ahora mismo le distancia en once puntos.

¿QUÉ DICEN EN EL EQUIPO?

Desde los primeros problemas, el ánimo y las declaraciones de los jefes de la escudería francesa han sido siempre críticos con la fiabilidad, pero positivos con su evolución. "Confío en que podamos rectificar los problemas de fiabilidad en las dos últimas carreras", aseguraba una vez más Otmar Szafnauer, el director de Alpine, cuyo discurso ya cae en saco roto al ver lo sucedido en el circuito mexicano.

Las palabras de Alonso, en cambio, se llenan de frustración al encontrar tantos obstáculos en una temporada sobresaliente para el asturiano, que a sus 41 años sigue demostrando su talento y coraje. "Duele otra vez pensar que en uno de mis mejores años de rendimiento hemos perdido más de 60 puntos por problemas de fiabilidad", apuntaba el ovetense tras su enésimo fiasco en Singapur. "Es inaceptable, estoy muy disgustado", aseguraba tajante el bicampeón del mundo en esa misma carrera.

Las palabras del español anoche apuntaban en una dirección: "Una vez más, el 14 (el número de su coche) se para.Siempre el 14", evidenciaba el piloto ante la gran diferencia con su compañero de equipo.

En plena carrera, con las pulsaciones desbocadas y la adrenalina disparada, las radios de equipo han sido los mayores testigos de su frustración: "¡Qué temporada, colega! ¡Qué temporada!", estallaba al ver cómo su monoplaza se quedaba sin potencia en las rectas del trazado azteca.