Red Bull, con muchísima diferencia, ha sido el mejor equipo de Fórmula 1 esta temporada. Ferrari compitió en la primera mitad del curso, pero hasta ahí. Y la realidad es que Mercedes nunca estuvo ahí. De luchar por el Mundial con Lewis Hamilton hasta la última vuelta a la nada.

Y en las flechas de plata, claro, están enfadados. Así lo ha mostrado Mike Elliott, director técnico de Mercedes, que ha hablado de la desesperación en este 2022, en el que ni Hamilton ni George Russell han podido apenas acercarse a Max Verstappen, ya proclamado campeón del mundo.

"Los problemas del coche no los pudimos ver por el rebote. El rebote lo dominaba todo y una vez que nos libramos de eso en Barcelona, tuvimos un paquete que marcó la diferencia de forma sustancial allí y pensamos: 'Estamos dentro'", explica. Pero no, ni mucho menos estaban dentro.

Porque al darse cuenta del resto de problemas que acumulaban, aquello se convirtió en una "patada en la boca": "Pelas la siguiente capa de la cebolla, si quieres verlo así, y tienes otro problema".

"Desde entonces hemos intentado varios pasos y eso nos ha movido en la dirección adecuada, pero deshacer eso realmente nos va a llevar el invierno", detalla el director técnico de la escudería Mercedes.

El gran problema ahora del coche, reconoce, es aerodinámico. Lo descubrieron tras Bakú y desde entonces trabajan en ello: "Aprender lleva tiempo. Al mismo tiempo en la fábrica descubrimos, quizá tras Bakú, que hay claramente otro problema. El problema es aerodinámico y lleva tiempo solucionarlo".

Mucho tiene que trabajar Mercedes de cara a 2023. Muchos consideran que la superioridad mostrada por Red Bull este curso se prolongará durante años (así lo dijo Jos Verstappen). Por lo que Ferrari y Mercedes tienen mucho trabajo por delante si quieren plantarle cara al que ya es bicampeón de la Fórmula 1.