Está sacando más del máximo Fernando Alonso de su AMR24. De su Aston Martin. De un coche que, como él sabe y también sabe la F1, es el quinto mejor del presente Mundial. Lejos de Red Bull. Lejos de Ferrari. Menos lejos de McLaren y de Mercedes. Pero ahí anda. Ahí está una zona media apretada que se decidirá, conforme pasen las carreras, por las mejoras y por cómo sea la pista en cuestión.

En Japón, sexto puesto final y quinto en clasificación. Nadie sabe cómo. Ni él ni su jefe pueden explicarse qué es lo que hizo Fernando para exprimir tanto un coche con el que Lance Stroll cayó en Q1. Con el que el canadiense ni puntuó en Suzuka. Mientras, Alonso sumó ocho puntos.

Ahí tiene al equipo. Sosteniéndolo. Sumando como hizo el pasado curso mientras que su compañero se tiró un par de meses a cero. Y ahora, Alonso ya apunta a China.

A un circuito, a un Gran Premio, que regresa tras no pocos años de ausencia. Y con Shanghai vuelve esa mítica recta que bien puede venirle a Aston Martin.

Quién iba a haber dicho esto el pasado año, cuando era un monoplaza un poco escaso en cuanto a velocidad punta que sufría enormemente en cuanto tocaba encender el DRS. Ahora, todo lo contrario.

Ojo al DRS del AMR24

Y a eso se agarra Alonso. A eso y al formato sprint, y a las condiciones meteorológicas que podrían hacer que fuera más interesante el regreso a China.

"Estas cosas cuando falta ritmo siempre dan alguna opción. O esas condiciones cambiantes, o ese formato al sprint...", cuenta.

Fernando añade el 'arma secreta' de Aston Martin a la ecuación: "Tenemos un DRS muy poderoso. Quizá en esa larga recta nos vaya a ayudar".

"Y como en Australia espero que Ferrari y que Red Bull sean muy rápidos", sentencia Alonso en relación a China.