Hace siete años, Fernando Alonso sufrió el que probablemente sea junto a Brasil 2003 el mayor accidente de su carrera en Fórmula 1.

El asturiano, al volante del McLaren-Honda MP4-31, embistió al Haas de Esteban Gutiérrez en el Gran Premio de Australia 2016.

El bicampeón del mundo no frenó a tiempo, tocó su rueda trasera izquierda, chocó contra las protecciones y su monoplaza acabó hecho añicos.

No solo fue un milagro que Alonso saliera por su propio pie del monoplaza, sino que lo hizo saludando a los aficionados y tranquilizando a sus seguidores.

"Frené demasiado tarde y me lo llevé por delante. A 315 kilómetros por hora puede pasar eso, pero lo mejor es que los dos estamos bien", explicó entonces.

El accidente fue la mancha más oscura de la etapa más "frustrante" de su carrera en Fórmula 1, tal y como él mismo explicó hace unos días.

Este fin de semana Alonso regresa a Melbourne con la intención de sumar su tercer podio consecutivo y mantenerse en la lucha por el Mundial con los Red Bull de Max Verstappen y 'Checo' Pérez.