Esta es la última temporada de Lewis Hamilton en Mercedes. Una era que llega a su fin más de diez años después. Una era en la que el piloto británico se ha convertido en el más grande de todos los tiempos, pero que está finalizando de la manera más decepcionante posible.

Y sí, es cierto que el Mercedes ya no es lo que era, pero tampoco es lo que Hamilton sugiere que es. La prueba de ello está en su compañero de equipo. Una vez más más, y no es la primera esta temporada, el siete veces campeón del mundo ha vuelto a quedar bastante por detrás de George Russell.

Aunque este Gran Premio de China parecía pintar bien para Hamilton tras las sesiones al sprint, lo cierto es que, una vez llegada la clasificación y la carrera del domingo, el de Stevenage se ha evaporizado por completo en la parrilla.

Partiendo desde la 18ª posición en el circuito de Shanghai, Lewis optó por montar los blandos desde el inicio para comenzar con un 'stint' totalmente volcado hacia delante. Sin embargo, el rendimiento del W15 del coche '44' no fue el esperado.

Prueba de ello es la radio a la desesperada de Hamilton cuando batallaba con Ocon. Sí, con Ocon. Con el peor Alpine de los últimos tiempos. Aún ni con esas el británico se veía capaz de superar al francés, que rodaba en la 14ª plaza.

"Ni siquiera puedo alcanzarlo, colega. Este coche es muy lento", declamaba el piloto de Mercedes por la radio mientras se enzarzaba en la lucha con Esteban Ocon. Hamilton pudo aprovechar las dos ventanas de coche de seguridad para recuperar posiciones y cruzar la línea de meta 9º, a casi un minuto del ganador, Max Verstappen.

Lo cierto es que está siendo el peor fin de fiesta posible para el matrimonio Hamilton-Mercedes, un Hamilton que en 2025 recalará en Ferrari con más dudas que esperanzas.