Alguna vez tenía que llegar. Alguna vez tenía que ser la primera para Fernando Alonso en Aston Martin. Para el, hasta ahora, único piloto que había pisado siempre la Q3 en cada clasificación del Mundial. Sí, hasta ahora, pues en Estados Unidos la debacle del AMR23, del coche verde de Silverstone, fue total.
Fue absoluta. Fue, además, completamente inesperada. Porque traían mejoras. Sustanciales mejoras. En el suelo. En el difusor. En los pontones. Todo, para dar un paso hacia adelante. Para evitar el 'sorpasso' de McLaren. Para mantener el cuarto puesto en el Mundial de constructores. Para completar una misión que ahora parece completamente imposible.
Porque en el vital viernes de Austin, el coche de primeras empezó a echar fuego. No solo el de Alonso. El de Stroll, también. Fuego por sobrecalentamiento en los frenos. En una pista en la que no sufren demasiado, el neumático izquierdo delantero de Fernando comenzó a echar llamas. Para el garaje. Media hora perdida. Lance ni pudo rodar en los Libres 1.
"Con el nuevo paquete apenas..."
Así llegaron a la clasificación. Con los deberes ya no a medio hacer sino directamente en blanco. Y así pasó. En Q1, fuera. Fuera después de que, además, desde el garaje se sacase a sus dos pilotos con todo el tráfico.
Alonso es más que tajante con lo que ha pasado: "Ha sido una sesión terrible".
"Lance no completó ni una sola vuelta. Yo, de calidad, hice seis o siete con el nuevo paquete", insiste.
Y lo explica: "Hemos tenido muchas dudas, y hemos ido a ciegas en clasificación. Esto era lo máximo. Deberíamos volver atrás y repetir el día entero, desde por la mañana".
Pero no se puede, y todo está más que complicado: "La carrera está muy comprometida. Usamos estos fines de semana para probar cosas para 2024... así que a ver qué podemos aprender".
Y queda el sprint
Va a salir muy atrás Alonso en la carrera, a expensas de lo que suceda también en este sábado al sprint. No son precisamente positivas sus sensaciones... y ahora incluso más que antes en Aston Martin están ya pidiendo el final de un Mundial que se les está haciendo larguísimo.