El Gran Premio de Las Vegas ha pasado de ser una de las carreras más esperadas del año a ser una de las más polémicas. Y es que, a pesar de todo el lujo y espectáculo nocturno que envuelve el trazado, lo que ha sucedido dentro del asfalto roza la vergüenza.

La realidad es que una alcantarilla mal sellada en mitad de una recta en la que los pilotos van a más de 300 kilómetros por hora ha provocado que Carlos Sainz tenga que abandonar. Un abandono que, aunque no ha ido más allá en términos de salud del piloto, sí que ha provocado daños más que considerables en su Ferrari.

Y es que el piloto madrileño se verá obligado a cambiar diversas piezas de su monoplaza. Concretamente, tal y como han comentado desde el equipo y como han podido saber en el 'paddock', han quedado dañado el chasis, el motor, la batería, la centralita e, incluso, el asiento de Sainz.

Sin duda se trata de un incidente que no ha pasado a mayores pero cuyas consecuencias podrían haber sido catastróficas. Tal y como se ha desarrollado el incidente y tal y como se puede ver en las imágenes, si hubiera sido la alcantarilla en sí la que se hubiera incrustado en el monoplaza rojo podría haber sido mucho peor.

Asimismo, económicamente este incidente también podría suponer un gran coste a los italianos. Además, por si fuera poco, deportivamente también podría acarrear una sanción ya que, debido a los daños, los de Maranello deberán cambiar las piezas dañadas y eso tiene sus consecuencias.

Sin embargo, desde el equipo ya están trabajando para que estas reparaciones no acarreen ningún tipo de sanción ya que no ha sido ningún tipo de lance de carrera, sino que ha sido culpa íntegramente del circuito.