Ha llegado el gran momento. Max Verstappen, ahora sí, está a un paso de ser campeón del mundo de Fórmula 1 por segundo año consecutivo. En el Gran Premio de Japón necesita sumar seis puntos más que Charles Leclerc, su inmediato perseguidor en la clasificación.
No lo logró en Singapur, donde su carrera se convirtió en pesadilla. Muy lejos de la cabeza, que ocupaba Sergio Pérez, y sufriendo detrás de Fernando Alonso y de Lando Norris. Atacando a este último se pasó de frenada e incluso podría haber terminado contra el muro.
¿Cuáles son las cuentas? Una de ellas es la más sencilla. Si Max gana la carrera y se lleva la puerta rápida será campeón del mundo, dando igual lo que haga su máximo rival. Sin la vuelta rápida, será campeón del mundo si el monegasco es tercero o peor.
A partir de ahí, si Verstappen es tercero y Leclerc sexto. O siendo quinto y el de Ferrari noveno. Esos son los números del neerlandés, que quiere que esta sea la definitiva.
"Otra oportunidad"
El neerlandés tiene claro que debe ser esta, en Japón: "Estamos de vuelta en Japón después de mucho tiempo y no puedo esperar para correr en Suzuka una vez más. Me encanta este país y tengo grandes recuerdos, tanto la comida como los aficionados son geniales. Tenemos otra oportunidad de ganar el Mundial".
"Nunca he estado en el podio aquí, por lo que sería muy especial subirme este domingo. Me encantaría tener un buen fin de semana delante de la afición japonesa y de Honda", dice el de Red Bull.
Y avisa sobre la lluvia que podría estar presente, otra vez, en el fin de semana: "El circuito es de la vieja escuela, lleno de curvas rápidas en las que tienes que ir de menos a más durante cada sesión. Habrá que ver el tiempo que hace durante los tres días. He oído que viene lluvia, así que eso quizá cambie las cosas en cierto punto".
Considerado "parte activa"
La UCO sostiene que Piqué fue "parte activa" en el contrato de la RFEF de Rubiales con Arabia Saudí para la Supercopa
El contexto Según el informe de la UCO al que ha tenido acceso laSexta, los investigadores atribuyen al exjugador un papel más relevante del que se creía en la adjudicación del contrato de la Supercopa de España.