Barcelona es una cita fundamental para Ferrari en el calendario. Es el escenario donde han introducido el mayor paquete de mejoras, en el que se incluyen nuevos pontones (muy similares al modelo Red Bull y Aston Martin) y un nuevo suelo.

El equipo de Maranello no tiene margen de error. Han comenzado la temporada de manera desastrosa, con sólo un podio en cinco carreras y demasiado lejos de los mejores. Cuartos en el mundial de constructores también por detrás de Mercedes.

Si estas mejoras no funcionan en Barcelona, en Ferrari son pesimistas. No habrá manera de remontar en lo que queda de año. Las victorias se alejan. Otro año más. Y ya son demasiados desde Kimi Raikkonen triunfando en el año 2007 y aprovechando la guerra civil en McLaren entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton.

¿Qué espera Charles Leclerc de estas mejoras? No ha sido especialmente optimista: "No esperamos grandes milagros, para ser honesto...".

"De ahora en adelante, queremos intentar traer algunas pequeñas mejoras en cada carrera. Ésta debería ir en la dirección correcta, pero no creo que sea un cambio masivo", ha expresado el compañero de Carlos Sainz.

Las nuevas piezas tienen como objetivo hacer el coche más competitivo en carrera. Su punto débil. "Esto no debería ayudarnos a ganar mucho rendimiento, pero al menos a ser un poco más consistentes durante el fin de semana. Con suerte, esto nos ayudará a tener un mejor resultado el domingo", ha expresado.

Carlos Sainz, por su parte, ha hablado de la diferencia entre la clasificación y la carrera: "Por el momento, la cosa es que tenemos un coche extremadamente bueno en clasificación, en el ritmo a una vuelta con neumáticos nuevos y en condiciones de viento. Sabemos exactamente cómo debemos conducir el coche, está bien. Aunque tan pronto como salimos un poco de esas condiciones, el monoplaza pierde mucha carga aerodinámica en general".