Una vez transcurridas las tres primeras citas del calendario de Fórmula 1, Mercedes ya es realista y a la vez consciente de la brecha de más de un segundo que les separa de Ferrari y Red Bull.
El W13, a pesar del novedoso diseño que presentó en pretemporada con un monoplaza prácticamente sin pontones, no es potente en recta y el 'porpoising' se ha convertido en un 'Talón de Aquiles' que por el momento no han logrado subsanar.
Tras el Gran Premio de Australia, en el que George Russell ha terminado tercero y Lewis Hamilton cuarto, desde el muro de los de Brackley se destilaban sonrisas, algo insólito de haberse dado dicha situación la pasada temporada.
El heptacampeón, de hecho, ha asegurado que el resultado del equipo ha sido "sorprendente": "Si somos sinceros, es un buen resultado para el equipo, teniendo en cuenta las dificultades que hemos tenido a lo largo del fin de semana; y después de haber salido quinto y sexto en parrilla, acabar así, con la fiabilidad que tenemos es incluso sorprendente".
Eso sí, confía en que el trabajo en la fábrica dé sus frutos en el asfalto: "A pesar de eso, el tercer y el cuarto puesto no es donde queremos estar; así que espero que haya algún tipo de mejoras en las próximas carreras. Tenemos mucho trabajo por hacer, aún".
Paralelamente, Russell ha asumido que ha tenido "suerte" para subirse al cajón después del safety car provocado por Sebastian Vettel y el abandono de Max Verstappen.
"Hay que estar aquí para poder ganar y aprovechar la mala suerte de otros. Hemos tenido suerte, pero la aceptamos, hay mucho trabajo por parte de los chicos de Brackley y Brixworth. Hay que seguir luchando, este fin de semana estábamos detrás, pero hemos llegado al podio", ha explicado.
Para Montmeló, el británico espera volver a ser competitivos... pero con más cautela que prisas: "Volveremos en un par de carreras, pero pasará tiempo hasta que luchemos contra los coches de azul y rojo, pero si algún equipo es capaz de hacerlo ese es Mercedes".
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