Fernando Alonso sumó su podio 101 en la Fórmula 1 y el tercero consecutivo para empezar la temporada y lo celebró efusivamente sus mecánicos tras un polémico final en el que se llegó a ver fuera de la zona de puntos.

La carrera del asturiano fue una "montaña rusa de emociones" desde el inicio. Tras evitar un toque con Lewis Hamilton en la primera vuelta, el '14' perdió la cuarta posición frente a Carlos Sainz, pero la bandera roja por el accidente de Alex Albon le aupó a la tercera plaza.

Allí se tiró toda la carrera en un tira y afloja constante entre Lewis Hamilton por delante y Carlos Sainz por detrás, todos gestionando neumáticos y la diferencia alrededor del segundo y medio que tenían entre sí. Cuando el Gran Premio de Australia se encaminaba a su fin, apareció Kevin Magnussen para darle emoción.

El danés chocó contra el muro y los comisarios tuvieron que sacar la bandera roja para limpiar la pista. ¿El resultado? Una nueva relanzada a dos vueltas en la que Alonso sufrió un toque por parte de Carlos Sainz que lo relegó a la última posición. Pese a ello, sacó su sangre fría y dio por radio el argumento exacto que imitó la FIA: reanudar con las posiciones iniciales antes del accidente.

El resultado final fue que Fernando Alonso cruzó meta tercero detrás del coche de seguridad, como hicieron todos. Los nervios estuvieron a flor de piel los últimos instantes y, tras verse fuera de los puntos, volvió a subirse al tercer escalón del podio por tercera vez consecutiva.

Con la adrenalina aún en lo más alto, el piloto se fue a celebrar eufórico con sus mecánicos de Aston Martin, que siguen celebrando cada podio con mucha alegría y sin subestimar algo que está empezando a ser rutina.

Incluso en el podio, con un Max Verstappen que dio un golpe al Mundial y con un Lewis Hamilton que volvía al podio por primera vez esta temporada, Alonso era el más feliz.

Aunque justificado por todo lo ocurrido en el final de la carrera, el furor con el que Fernando Alonso celebró el podio fue intenso. Y si está así con su tercer podio consecutivo, quién sabe cómo celebrará la ansiada victoria 33 que cada vez parece más cerca.