Tras un fin de semana en el que rodó siendo el más regular de la parrilla, el rostro de Carlos Sainz recogiendo la plata del Gran Premio de Mónaco fue el de quién sabe que el devenir podría haber sido bien distinto.

De no haber sufrido en sus propias carnes la bandera roja de Leclerc en la clasificación, el madrileño podría haber completado una última vuelta rápida y haber subido posiciones para la puesta de largo del domingo.

Su padre, haciendo uso de su innata experiencia, ve en Carlos "una actitud positiva", pero que la frustración que siente ahora se disipará con el paso de los días.

"A mi me parece que es una actitud positiva que quiera más, es ambicioso y siendo joven debe serlo, tratar de ir al máximo, a ganar", señaló el tricampeón del Dakar.

"Yo creo que esa sensación agridulce que sentía con el tiempo, un par de días más descansado, se dará cuenta que llegar a la quinta carrera sin casi test y estar peleando según los expertos con uno de los más rápidos y hacer podio, si se lo dicen antes de la temporada... hay mucho positivo en este fin de semana pero hay que dejarlo reposar", añadió durante la presentación de su serie documental en 'Amazon'.

Para zanjar, Sainz padre explicó el nivel de concentración que exige el 'Gran Circo': "La F1 es una evaluación continúa, hay que ir a por nota cada semana, como un examen final, porque eres lo que das en tu última carrera, es muy dura a la hora de juzgar, hay que celebrar, si, pero rápido y a la siguiente carrera, hay que saber pasar página para lo bueno y para lo malo, yo eso lo he aprendido muy bien, ni celebrar qué bueno soy un día y que luego te den en el cogote ni quedarse triste si algo sale mal".