Sergio Pérez cumplió con el refrán en Mónaco. El mexicano, que cayó en Q1 después de ser incapaz de lograr con un Red Bull un buen tiempo en clasificación, no pudo dar ni una sola vuelta en las calles del Principado en un accidentado comienzo en el que él fue el gran protagonista.

Porque lo que mal empieza mal acaba, y acabó sin duda mal para él y también para los Haas de Kevin Magnussen y de Nico Hulkenberg. Los tres, involucrados en un accidente brutal que acabó con bandera roja y con el Red Bull directo al desguace.

Fue en una lucha con Magnussen cuando Pérez terminó impactando con las protecciones de Mónaco. La inercia hizo que regresara a pista, chocando contra los Haas y teniendo en Zhou a un testigo que vio todo en primera línea.

El RB20 terminó completamente destrozado. Ni parecía un coche de Fórmula 1 cuando las cámaras enfocaron al lugar en el que todo sucedió.

Al final, bandera roja en pista para limpiar todo el destrozo y para reparar también unas protecciones que quedaron bien dañadas por la violencia del suceso.

Malas nuevas para un Pérez que ya recibió un aviso en Imola y que volvió a tener noticias de Helmut Marko sobre su futuro. Ahora vuelve a casa con un cero... y con Red Bull sabiendo que han perdido un coche.