Lewis Hamilton ha sido la gran sorpresa de la clasificación de Arabia Saudita. La gran sorpresa, para mal. El heptacampeón del mundo, con un Mercedes, se ha quedado fuera a las primeras de cambio tras no poder superar la Q1 en la pista de Jeddah. "Lo siento chicos", dijo por radio a su equipo.

Y es que duele. Duele mucho. Duele más viendo la clasificación de tiempos. Porque George Russell, en su primer año en Mercedes y con el mismo coche que Lewis, ha sido, ojo, cuarto con idénticas condiciones de pista.

Pero se veía venir. Lo peor, para Hamilton, es que esto podía pasar. En los Libres 3 sufrió, y en clasificación más aún. Patinando con gomas medias, y sorprendido cuando por radio preguntó por la diferencia con Russell tan solo en el primer sector.

Siete décimas. Algo que no terminó de dejar satisfecho al inglés. Y seguía dudando de sí mismo. "No mejoramos, chicos", decía por radio a su equipo cuando ya estaba rozando la eliminación.

Le tranquilizaron. Le dijeron que aún quedaba una oportunidad. Mejoró en el primer sector. Poco, pero mejoró. Podía estar en Q2, pero pintó de amarillo el sector 2. El tercero sirvió para salir de la zona de riesgo, al menos momentáneamente.

Porque Stroll, con quien peleaba, venía mejorando y como un tiro para lo que es el Aston Martin. Al final, dejó fuera a Hamilton en una de las Q1 más sencillas que podía haber.

El motivo, que Latifi y Tsunoda ni estaban en la lucha. De los tres pilotos que quedaban por caer, Lewis Hamilton fue uno de ellos junto a Hulkenberg y a Albon.

Quién iba a pensar que algo así podría suceder después de que el pasado año, hace tres meses más o menos, Hamilton perdiese el Mundial a falta de una vuelta en Abu Dhabi.