El 'porpoising' ha llegado a la Fórmula 1 para quedarse... al menos por el momento. El llamado efecto rebote, por el cual los coches botan quedándose sin mucha eficiencia aerodinámica, es el gran problema al que se han enfrentado los ingenieros de los monoplazas en este presente Mundial de 2022. Sin embargo, Alpine parece haber dado con la tecla.

Y lo ha hecho sin quererlo, prácticamente. El problema de fondo es que, por las altas velocidades en las rectas, rebotan por la cantidad de aire que pasa por debajo. Esto hace que tengan menos velocidad punta y pierdan unas jugosas décimas.

Pero en Alpine pierden menos, y Pat Fry, director técnico del equipo, ha explicado cómo ha sido todo en el portal 'RacingNews365.com'.

"El 'porpoising' nos cogió por sorpresa a todos. Nosotros no tuvimos problemas en el simulador, y no contemplamos nada de eso. La forma en que diseñamos nuestro coche nos hizo menos sensibles que a otros equipos", cuenta.

Fry insiste: "Mirabas algunos de los otros coches. Eran horribles. Buscaron aerodinámica con un perfil muy estrecho. Su fondo plano era pequeño. Nosotros hicimos uno más ancho, con un fondo plano amplío y rígido".

"Es más, en las pruebas de flexión de la FIA éramos diez veces más rígidos de lo que debíamos", relata.

Lo cierto es que Alpine está sorprendiendo por su rendimiento en este comienzo de Mundial, salvo por el fallo de fiabilidad que tuvo Alonso en el GP de Arabia Saudita.

En Australia, fue más la mala suerte lo que se cebó con él en la carrera y dejándole sin puntos.