Once años han pasado ya. Se dice pronto, pero sí. Once son. Más de una década ha pasado. Mucho, muchísimo, desde que en aquel ya lejano 12 de mayo de 2013 lograse Fernando Alonso la que hasta ahora es su última victoria en la Fórmula 1.
Fue en España. Ante su gente. En Barcelona. En un curso que comenzaba como subcampeón. En un año que no empezó del todo bien a pesar de ganar en China. En una pista, la de Montmeló, en la que ya desde la primera vuelta iba a tener que remontar.
Porque todo empezó con un sábado flojo. Porque fue al apagarse el semáforo cuando dio comienzo la clase de magia. Se ventiló al Lotus de Raikkonen y al Mercedes de Hamilton para ponerse tras Rosberg y Vettel, pasando con la estrategia al de Red Bull y al alemán en pista.
"Ganar en casa es increíble"
Antes de llegar a mitad de carrera, Alonso ya era líder y comenzó a poner un gran ritmo que casi acaba mal por culpa de un pinchazo.
Pero no fue así, y estuvo en lo más alto de la ceremonia del podio... por última vez: "Ganar en casa es increíble".
"Ojalá no sea la última victoria de este año y que haya más alegrías", dijo Fernando a una afición entregada al asturiano.
Pero sí, fue la última, y poco pudo hacer para pelear por el Mundial. Al bajarse del podio, eso sí, su felicidad era total: "Arriesgamos en la salida porque queríamos adelantar a algunos coches. Teníamos el ritmo para ir a cuatro paradas".
"Tenemos coche para luchar por el Mundial", dijo en una predicción que no pudo cumplirse. En India, a falta de tres carreras, Vettel ganó su último título antes de que llegase el dominio total de Mercedes.
Tribunales
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