Carlos Sainz ya ha arrancado la pretemporada 2023 a bordo de un monoplaza. Lo hizo en Fiorano con el SF21, el coche que utilizó Ferrari para la temporada 2021, completando un total de 119 vueltas.

Esas 119 vueltas equivalen a 354 kilómetros de rodaje para el español, en una jornada que no ha sido tan larga como esperaban desde la Scudería a causa de la lluvia. Pese a rodar en seco durante la mitad de la sesión, Sainz ha utilizado los neumáticos de lluvia tanto al comienzo de la mañana como al final del entrenamiento.

Cabe recordar que la Fórmula 1 tiene prohibido que los pilotos rueden con el nuevo monoplaza antes de los test iniciales, por lo que Ferrari organizó este entrenamiento con el monoplaza de 2021, uno que Sainz conoce muy bien al ser el de su primera temporada con los italianos.

Pese a esa incapacidad de utilizar el nuevo monoplaza (que en esta época del año estará todavía con margen de pequeños retoques) este entrenamiento es muy útil para los pilotos, que llevan sin montarse en un Fórmula 1 desde el final de la temporada pasada.

Así, vuelven a coger los automatismos de volver a pista y los mecánicos también vuelven a tener una toma de contacto con lo que es la rutina del gran premio.

Sainz ha sido el tercer piloto de la Fórmula 1 en salir a pista en entrenamientos (Tsunoda y De Vries ya lo hicieron con AlphaTauri en Imola). Lo hizo al día siguiente de la sesión de Robert Shwartzman, piloto probador de Ferrari, y Charles Leclerc cogerá el testigo del español en el último día de entreno programado por la Scudería.