Menudo fin de semana se ha marcado la FIA en China. Desde el principio. Desde el comienzo. Desde la vuelta a Shanghai de una prueba que llevaba sin disputarse desde 2019 en la F1. Demasiadas cosas. Demasiados errores. Demasiadas imprecisiones y reinterpretaciones del reglamento han hecho.

La última 'jugadita' de la FIA ha sido en carrera. En la vuelta 21. En el fallo de fiabilidad en el Stake F1 de Valtteri Bottas. Con el coche parado en la escapatoria, en dirección de carrera pensaron que era una idea genial dejar todo en bandera amarilla.

Sí, así pensaban que podían con ello. Mientras, el finlandés estaba ya fuera del coche. De pie. Ahí. En pista. Con el resto de coches pasando a una gran velocidad por los alrededores.

Y por fin, el 'safety car'

Pero claro, algo fallaba. Algo no iba bien. Así que 'safety car virtual'. Sí, pero algo seguía sin estar como debía estar. Porque los comisarios no podían sacar el coche de allí. Porque tocaba sacar la grúa. Así que nada, había que hacer algo más.

Había que sacar, lógicamente, el 'safety car'. Y eso hicieron. Eso terminar por hacer, tarde, en una acción que por algún motivo pensaron que podrían arreglar con una bandera amarilla.

Con Norris empezó todo

Es una más de la FIA este fin de semana. Empezó ya el viernes, con esa pole de Lando Norris que al principio era que no pero luego que sí por aplicar mal el reglamento. Siguió con la sanción a Alonso de diez segundos cuando había abandonado en un sábado completado con la no decisión a la protesta de Aston Martin con Carlos Sainz por, dijeron, "eventos pasados".

Confusión total en Shanghai con una serie de decisiones, o con una serie de no decisiones, de la FIA en un fin de semana en el que la F1 volvía a China... para que Verstappen ganase de nuevo en una remontada de Fernando Alonso.