La primera prueba del coche supersónico ha sido un fiasco. Al intentar arrancar algo ha fallado y han tenido que usar un extintor para apagar el fuego.
Llamas en el motor del coche que han tenido que ser apagadas con extintores. Era la primera toma de contacto con el lugar donde se va a intentar rebasar el récord del mundo de velocidad, que ahora está en 1227 km por hora y que el piloto Andy Green quiere subir a más de 1600.
El 'Bloodhound' combina la potencia de un motor a reacción de un 'Eurofighter' (un caza de última generación) y un cohete. Todo para conseguir superar una velocidad casi imposible.
Esta mañana ha rodado a 160 km/h... y la primera de las pruebas terminó mal.