"Me divierto mucho conduciendo este 911...", dijo Jorge Lorenzo antes de la prueba de Imola. Este fin de semana ha debutado en la competición Porsche Supercup, pero las condiciones han sido muy complicadas para él. La lluvia le complicó la jornada, en la que terminó último.
"Terminé mi carrera en MotoGP hace tres años y ya echaba de menos la competición. Pero estaba buscando algo un poco más seguro que las motos, ya que cuando cometes un error, puedes romperte la clavícula o el brazo. En un coche de carreras el riesgo es mucho menor. Eso es bueno", dice.
Lorenzó partió trigésimo primero en su primera carrera, en la que participaba como invitado. Y fue prudente. Nunca había rodado antes en el circuito de Imola, y la lluvia lo hizo mucho más difícil.
El español perdió su posición inicial en la salida ante Mason. Poco a poco fue tomando confianza con el coche, bajando los tiempos y acercándose a Sager, el piloto que tenía por delante.
A pesar de que no pudo adelantarle, Lorenzo terminó la jornada con buenas sensaciones: mejorando sus tiempos en cada vuelta e incluso bajando de los 2 minutos por vuelta.
Para Lorenzo, una "afición" estas carreras: "Mi objetivo no es llegar a lo más alto, al menos no a corto plazo. Fui campeón del mundo de motociclismo, pero las carreras de coches son una afición. Quiero aprender todo lo posible y disfrutar. Si soy competitivo, mejor aún".