Este snowboarder está descendiendo solo una montaña y de repente sufre un accidente contra un árbol. En el suelo, durante más de treinta segundos, grita de dolor.

Nadie va a ayudarle. Decide llamar a su novia para comunicárselo. "Me he roto una pierna; estoy bien", dice. Con la pierna inmovilizada baja la montaña apoyado sobre un esquí.

Y es que los gritos estaban justificados. Porque en la prueba que se realizó posteriormente en el hospital se vio que tenía rotura de tibia y peroné.