Con Mundial, Eurocopa y Balón de Oro bajo el brazo, Zinedine Zidane aterrizó en el estadio Santiago Bernabéu en verano de 2001 como uno de esos adalides del nuevo Real Madrid de los 'Galácticos'.
El francés, chorreoso de calidad, técnica y visión de juego, encandiló a la parroquia blanca desde su llegada al club, llegando a su cumbre en Glasgow con una volea que es una de las operas primas del deporte rey.
El "árbitro no pites el final, que Zidane se nos va" llegó al término de la temporada 2005/2006. Aún con nivel para jugar en la élite, pero focalizado en cerrar su carrera con el broche de oro que hubiera supuesto su segundo Mundial, el francés se despidió entre lágrimas de la que había sido su casa durante cinco años.
Zidane ganó todo con lo que puede soñar un jugador a título personal y colectivo, pero sus ganas de ganar no quedaron ahí: el marsellés quería coronarse como entrenador.
En la 2013-2014, 'Zizou' se unió al cuerpo técnico de Carlo Ancelotti en el conjunto blanco y se alzó con la 'Décima' en Lisboa como segundo del italiano y siendo el link perfecto entre jugadores, cuerpo técnico y directiva.
Se olía. Zidane tenía madera para entrenar. Y así fue. Tras una hecatombe de media temporada de la mano de Rafa Benítez, comenzó una de las mejores etapas del club merengue de la mano de la que había sido su estrella sobre el verde una década atrás.
En enero de 2016 el Real Madrid anunció la contratación de Zidane, y todo cambió. Tres Champions consecutivas y una Liga marcaron el camino de un equipo que comandó con puño de hierro en Europa y logró derrocar al Barça de Leo Messi en competición doméstica.
Tras ganarlo todo, y coincidiendo con el adiós de Cristiano Ronaldo tras la final de Kiev ante el Liverpool, Zinedine Zidane compareció junto a Florentino Pérez para comunicar su salida del club. Y de nuevo, todo cambió.
El lío con Julen Lopetegui y la selección española fue solo el comienzo de una 'pesadilla' que retornaría en sueño en marzo de 2019. En medio de una catástrofe de temporada, Zidane suplió a Santiago Solari para sentar las bases de los cimientos de la siguiente campaña.
En la 19/20, la de la eclosión del coronavirus y el parón del mundo, el Madrid logró alzarse con LaLiga, pero en Champions sufrió un importante batacazo ante el Manchester City de Pep Guardiola.
Ya en la presente campaña, con un equipo acusado por más de 60 lesiones, el club ha cerrado el ejercicio en blanco, lo que unido a la presión mediática y a la dificultad que supone sustituir a los jugadores que se lo dieron todo, ha hecho que Zidane haya decidido decir adiós.
Adiós o hasta luego, porque sabemos del amor recíproco que sienten entrenador y club. Ya son tres etapas juntos desde que el club blanco desembolsase 72 millones de euros (más de 12.000 millones de pesetas) a la Juventus de Turín en 2001, y la verdad, se hace difícil pensar que esta haya sido la última.