Cristiano Ronaldo es un obseso del trabajo, entendiéndolo claro está en el buen sentido. El portugués sigue una estricta dieta y cuida de su cuerpo como si fuera un templo. Esto es ahora, pues hace unos años, cuando jugaba en el Manchester United, parece ser que la comida le preocupaba pero para todo lo contrario que para mantener el tipo. Al menos eso dice Wayne Rooney.

"Estaba tratando de ganar peso porque estaba muy delgado. La noche de antes de un partido se detuvo en un McDonald's porque quería un Big Mac", confiesa el inglés en una entrevista con 'The Times'.

Y es que Cristiano y Rooney eran prácticamente inseparables en la época en la que ambos pasaron en Old Trafford: "Solíamos ir a todos los partidos juntos en coche y también a entrenar juntos".

Lo cierto es que, si lo que quería era ganar peso, Cristiano lo logró a la perfección. El luso, eso sí, convirtió y ha convertido la grasa en músculo para transformarse en una máquina competitiva y devoradora de títulos.

En 2008, de hecho, y junto a Rooney, llevaron al Man U a ganar la Champions League tras vencer al Chelsea en la final y Cristiano Ronaldo fue el máximo goleador del torneo.

Al verano siguiente, el portugués puso rumbo al Real Madrid, donde logró cuatro orejonas, tres de ellas consecutivas.