Vitor Roque fue un visto y no visto en Mendizorroza. El jugador del Barça, que saltó al campo en el minuto 59 en sustitución del lesionado Gundogan, vio dos tarjetas amarillas en apenas 13 minutos y se fue rumbo a vestuarios tras, eso sí, haber marcado el 1-3 de los azulgranas ante el Alavés.
Y es que todo se terminó rápido en la que fue una montaña rusa de emociones para el brasileño. Porque lo primero que hizo fue marcar. Fue sacar sus garras. Fue dar tranquilidad a un equipo que vio cómo el Alavés recortaba distancias prácticamente cuando llegó el segundo tanto, obra de Gundogan. Con su diana, calma.
Con su doble amarilla, todo lo contrario. La primera llegó en el minuto 67, después de que sacase el codo en una acción con Tenaglia. La segunda, muy rigurosa, en el 72.
Fue en un balón dividido. Vitor Roque, en dicha acción, impacta levemente en la espinilla de Rafa Marín y Martínez Muniera, árbitro del partido, no tuvo dudas en su decisión.
Xavi, insistentes protestas
Tarjeta amarilla, la segunda, y a la calle. Se resistió el brasileño a salir, con un Xavi protestando de forma insistente en la banda por la jugada.
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Durante más de 20 minutos, sumando el añadido, jugando con diez futbolistas ante el Alavés. No sufrió en el desenlace el equipo de Xavi, que suma tres puntos clave tras una semana algo convulsa.
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