Ashley Cole, leyenda del fútbol inglés que jugó como lateral izquierdo en varios equipos importantes de la Premier League como Arsenal, Crystal Palace o Chelsea y en la Roma de la Seria A italiana, colgó las botas el verano de 2019 a los 38 años de edad. Poco tiempo después, concretamente en enero de 2020, vivió una auténtica pesadilla.

El exfutbolista fue asaltado por seis ladrones enmascarados en su propia mansión de Fetcham, un pueblo de Surrey (Inglaterra). Durante el violento robo, los asaltantes iban "vestidos con ropa de camuflaje y pasamontañas" y se llevaron una gran cantidad de dinero en objetos de valor.

Cole fue atado con bridas a una silla y terminó "extremadamente conmocionado" por lo ocurrido, tal y como informan desde el medio inglés 'The Mirror'. Además, los ladrones amenazaron al exjugador del Chelsea con "cortarle los dedos".

Ahora, se está celebrando el juicio en el Tribunal de Nottingham y se ha desvelado que su mujer, Sharon Canu, y sus dos hijos presenciaron todo lo sucedido. La Fiscalía ha descrito la experiencia vivida por Cole y su familia como "violenta y despiadadamente ejecutada".

"La presencia de los dueños de casa no disuadió a estos acusados. Estaban armados con armas y los medios para someterlos. La presencia de los niños no los inquietó", apuntó el fiscal Michael Brady.

Después del asalto, los ladrones echaron un líquido sobre las manos del francés, con el objetivo de eliminar los olores y destruir todas las pruebas de ADN que pudiesen delatarles.

Kurtis Dilks es uno de los hombres acusados de haber llevado a cabo el robo con asalto al exfutbolista. También otras nueve personas han sido acusadas de haber colaborado de alguna forma en el incidente.