Duro envite tenía el Real Madrid en LaLiga. En casa. En el Santiago Bernabéu. Duro por el rival. Un rival, el Valencia, que cierto es que ha vivido tiempos mejores pero que no deja de ser un Valencia. Y más duro aún por la baja de Jude Bellingham, el líder en el aspecto goleador de un equipo huérfano de artillería salvo por las dianas del inglés. Sin embargo, el dúo de Brasil ha aparecido...

Porque se les pidió más y eso es lo que han dado. Porque se les pidió goles y eso es lo que han logrado. Porque Vinicius y Rodrygo, adaptándose a este nuevo esquema sin '9' de Ancelotti tras la marcha de Benzema, han respondido. Han dicho 'aquí estamos nosotros'. Han dicho que sin Bellingham también se puede.

Que sin el inglés también hay goles. Y no pocos. Porque el Real Madrid batió por 5-1 al Valencia. Porque es una señora goleada. Porque todo se abrió más bien pronto con el tempranero tanto de Carvajal. En el minuto 2 ya ganaban los de Ancelotti a un cuadro que se vio sorprendido.

Y que se quedó prácticamente noqueado. Les costó quitarse esa pájara. Ese miedo. Esa gran cantidad de ocasiones que estaban recibiendo con especial mención a un disparo a la madera de Kroos. Sí, les costó. Les costó pero lo hicieron. Y en cuanto lo hicieron...

Vinicius y Rodrygo, por dos

Llegaron Vinicius y Rodrygo. Llegó el baile de Brasil. Primero fue el 7, con un gol que ya se ha ganado el apodo de 'Pechicius'. Se la puso su compatriota en un desmarque hacia el área y él, viendo que estaba muy alto para el pie y muy bajo para la cabeza, hizo lo que se le vino a la cabeza.

Hizo eso que a buen seguro otros habrían intentado pero que no habrían materializado. Él, para dentro. Para dentro cuando se acercaba ya el descanso. Y nada más salir de él, el segundo en su cuenta.

Con un disparo desde la frontal. Con un derechazo. Con una defensa del Valencia que esperaba otra cosa diferente. Bien un pase. Bien una internada. Pero que no preveía el disparo. Rozando el palo y su cuarto tanto en LaLiga para la saca.

Casi ni hubo tiempo para terminar los festejos cuando Rodrygo anotó el cuarto. El mérito hay que dárselo a Mamardashvili, que cometió un error garrafal en la salida de balón que le costó muy caro al Valencia.

Pedía más el Bernabéu. Pedía la manita. Y sí, su petición fue escuchada de nuevo por el brasileño. Menudo roto le hizo a Paulista en el área para, con la zurda, volver a batir al arquero che y dejar la 'manita' en el luminoso.

Al parón con goleada

Hubo tiempo el gol del honor del Valencia, con Hugo Duro. Hubo tiempo para que el público del Real Madrid disfrutase un poco más de una goleada que les sigue dejando en persecución del Girona en LaLiga. Que hace que, en este parón por los partidos internacionales, digan 'hasta luego' al torneo con un más que dulce sabor de boca.