Llegar, cumplir y marcharse. Eso hizo el Real Madrid en la Romareda en su duelo de octavos de final de la Copa del Rey. Atrás quedan los sustos ante equipos inferiores en el torneo del KO. El Zaragoza, candidato cada año a abandonar la Segunda División, nada pudo hacer ante la versión más sólida del cuadro de Zinedine Zidane.

Raphael Varane abrió el marcador tras un taconazo fallido de Vinicius, que estuvo muy participativo durante todo el encuentro. Kroos, asistente, repitió en el segundo tanto. Esta vez para Lucas Vázquez, después de aprovechar un error de Linares en la zaga. El extremo gallego definió a la perfección y volvió a demostrar que es capaz de aprovechar a la perfección cada regalo en forma de minutos que le otorga Zidane.

A Vinicius le sigue sobrando calidad y faltando templanza. Sus arrancadas por banda suelen acabar en un balón perdido. Pero el papel del brasileño esta noche del miércoles fue excelente y lo confirmó con su tercer gol de la temporada. Esta vez sí definió bien y firmó su reconciliación con el gol. Ante Ratón, guardameta del Zaragoza, metió la puntera para colocar el esférico pegadito al palo después de una pared perfecta con James Rodríguez, otro de los que asoman de pascuas a ramos.

Fue el día de los menos habituales. Y allí, a falta de veinte minutos, asomó Brahim, olvidado por Zidane también este curso. Y como ante Unionistas de Salamanca, volvió a dejar detallitos de su inmensa calidad. Con un recorte dejó solo a Carvajal que, desde la banda derecha, centró a Karim Benzema para que se sumara a la fiesta y anotara el cuarto. También hubo tiempo para que Areola se luciera con dos manos acrobáticas.

El Real Madrid más sólido, ese que dejó atrás los sustos de otras épocas en la Copa del Rey, ya está aquí. "Queremos cambiar la historia de la Copa", advirtió Zidane en la previa de esta eliminatoria. Están en camino.