El Real Madrid tiene cada vez más a tiro LaLiga. El equipo de Ancelotti ha derrotado a Osasuna en uno de esos partidos complicados, en una de esas visitas a un campo difícil. Duro. De esos que ponen a prueba a cada rival importante que por allí se pasa. Pero ni los navarros ni El Sadar fueron adversario para un conjunto que con cada partido que pasa del torneo saborea más el título.
Y con jugadores como Vinicius es normal. Sí, espada de doble filo es el brasileño. Espada de doble filo que lo mismo te hace un partidazo, como el que hizo ante Osasuna, que ve una amarilla más que evitable, como sucedió ante Osasuna. Porque las dos caras de él se vieron. Dos caras que no se verán de nuevo, con el Real Madrid, hasta el partido de Champions ante el City.
Se perderá un partido por una nueva protesta. Una que llegó con 1-2 en el marcador y con él pudiendo llevar ya dos dianas. Porque falló un mano a mano. Porque erró donde antes había embocado.
El primero sí, pero el segundo...
En el minuto 3 ya tenía al Real Madrid por delante. Se puso delante de Sergio Herrera y, con sutileza, la puso dentro. Cuando trató de repetirlo, por buscar el caño, falló.
Estuvo cerca de perderse con esa tarjeta. Y, sin duda, le vino más que bien un descanso que sirvió para templar sus nervios. Su siempre intensa forma de vivir cada encuentro. Enfocó bien la situación para volver y para cerrar la goleada del Real Madrid.
Con Brahim habiendo puesto el 1-3, al minuto llegó el definitivo 1-4 en el que Vinicius volvió a demostrar que eso de encarar le gusta. De frente, definiendo ante el portero en una jugada que bien podría haber evitado la zaga de Osasuna. No hubo éxito para ellos, pero sí para un brasileño que vuelve a firmar un doblemte en LaLiga.
A diez del Girona
A expensas de lo que suceda en el partido del Girona y en ese Atlético - Barça del Metropolitano, el Real Madrid está ya con 72 puntos y saca diez a su máximo perseguidor. Quedan nueve partidos...