Una polémica celebración de la que hoy se arrepienten los responsables del Llançà. Francisco Romero, secretario del equipo, ha asumido toda la culpa de lo ocurrido.

Asegura que no había menores y que estaban presentes, incluso, las madres de los futbolistas. Una fiesta que se le fue de las manos en unas instalaciones municipales por las que hoy han pedido perdón.

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