Han llegado hasta lo más alto de lo que queda del Vicente Calderón. Se toman imágenes, incluso el mismo borde del techo, todo para subirlas a sus redes sociales.

No solo se han colado en una propiedad privada, sino que además están poniendo su vida en peligro. Este grupo de jóvenes ha burlado las medidas de seguridad del estadio.

Accedían a él saltando la valla. Una vez de día, continúan su recorrido por las ruinas del Calderón. Se detienen con los trofeos que allí quedan.

Todo hasta que ven a alguien en la parte más baja. Es entonces cuando emprenden su huida. Corren con el objetivo cumplido: entrar sin ser vistos.

De momento, no constan denuncias en la Policía Nacional por parte de la empresa encargada de la demolición, pero podrían enfrentarse a sanciones de entre 3 y 6 meses por ocupación de un bien inmueble.