Con un gol de Riyad Mahrez en el minuto 94, Argelia accedía a la final de la Copa África tras un partido de poder a poder frente a Nigeria. El júbilo de toda una nación tuvo su cara oscura en Francia, país que alberga la mayor colonia de argelinos del mundo.

Ciudades como París, Marsella o Lyon fueron las víctimas de las consecuencias de la celebración argelina. Comercios saqueados, coches calcinados y 282 detenidos son los resultados que deja el pase a la final del torneo africano, dejando entrever lo que pudiera ocurrir si el combinado argelino se alza con el título.

Fueron necesarias multitud de cargas policiales, donde se lanzaron botes de gas lacrimógeno para dispersar a la multitud. Estos hechos tienen lugar tan solo unos días después de que una mujer muriera fruto de un atropello de un seguidor argelino tras una victoria de su combinado nacional.

Una vez más, el fútbol se ve empañado por el pésimo comportamiento de algunos aficionados. Mientras cientos de argelinos celebraban pacíficamente el pase a la final, otros tantos se dedicaban a propagar el desorden y el vandalismo público.