Resignado y desolado. Con ese estado de ánimo abandonó anoche Leo Messi el Benito Villamarín tras perder la final de Copa ante el Valencia. En algo más de dos semanas el argentino ha vivido dos duras noches que han convertido una temporada que prometía ser histórica en una gran decepción.

Primero fue la debacle de Anfield y anoche en el Villamarín se repitió la historia. Esta vez el Barcelona no fue goleado, pero sí superado por un Valencia con más velocidad, hambre y ganas de ganar.

Leo Messi, el gran referente del Barcelona, abandonó el Villamarín resignado y demostró esa resignación con un gesto a Josep Soldado que resume a la perfección su actual estado de ánimo.

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