El cierre del mercado se acerca, el calendario aprieta y el reloj parece ir cada vez más rápido. El sorteo de la fase de grupos de la Champions League se presupone como una fecha clave para el futuro.

Y no solo para el futuro del devenir de los equipos españoles en la máxima competición de clubes a nivel continental, sino porque al fin se verán las caras el presidente del FC Barcelona, Josep María Bartomeu, y el máximo mandatario del París Saint-Germain, Nasser Al-Khelaïfi.

El fichaje de Neymar se encuentra en un punto de no retorno. Ambas partes parecen estar condenadas a entenderse para consumar el culebrón del verano. Bartomeu quiere una rebaja en el precio del traspaso y en las formas de pago del mismo, mientras Al-Khelaïfi no quiere moverse un ápice de sus exigencias económicas al club azulgrana.