La crisis del coronavirus se está cebando con los clubes más modestos de nuestro fútbol. El histórico CD Alcalá de Sevilla, que tiene tras de sí 75 años de vida, está al borde de la desaparición por todos los problemas económicos derivados del COVID-19.
"Sin cantina, sin público en el estadio... No podemos aguantar más", dice Jesús Salgado, su vicepresidente.
Él se ha puesto a planchar los dorsales de los jugadores, y sus madres, a trabajar cosiendo banderines para venderlos: "Echamos un cablecillo mientras los chicos entrenan".
La situación, como desvela Rafael Rodríguez, su presidente, es más que desesperada.
"No tenemos dinero ni para el autobús", afirma en Jugones.
Ante esto, es Vicente, el utillero, el encargado de subir el ánimo de la plantilla en estos duros tiempos: "Digo que lo levantaremos, poco a poco lo haremos".
Y es que nadie quiere escuchar nada sobre la opción de que el club pueda llegar a desaparecer.