Inaugurado el 2 de octubre de 1966 y tras la consecución del nuevo estadio, el Metropolitano, las obras de demolición del mítico Vicente Calderón comenzaron el pasado mes de febrero.

A día de hoy, los vecinos de la zona del Manzanares lamentan su derrumbamiento: "Ver que se cae un trozo cada día, da pena".

"Me da mucha pena verlo así, porque lo he visto nacer", afirman algunos aficionados que ven como día tras día el feudo pierde parte de su estructura.

Muchos negocios han tenido que cerrar tras el derrumbe del estadio. "Antes eran los días de fútbol, ahora es el día a día", afirma la gerente del único local que sigue en pie tras el comienzo de las obras de demolición.

"Es una muerte lenta", sentencia una residente.