Una amenaza de muerte directa a la grada. Así reaccionó Nenad Lalatovic a las provocaciones de su exequipo. Todo arrancaba tras el descanso, cuando un hombre increpaba al entrenador.
Lalatovic perdía los papeles y acababa expulsado. A partir de ahí, ya no hubo quien lo parase. Amenazó al aficionado con gestos de cortarle el cuello e incluso haciendo una cruz como amenaza.
La seguridad del estadio tuvo que llevárselo. Todo en un partido en el que su equipo ganó, pero donde el protagonismo se lo llevó la locura del entrenador.