El pasado, pasado está. Y el mañana, en el fondo, no llega nunca. Ante eso, presente. Y el presente del Barça es un día a día sin Lionel Messi. Sin el, para muchos, mejor jugador de todos los tiempos en el mundo del fútbol. Sí, sin él tiene que vivir el Barça. Sin él tiene que saber vivir el club culé. Sin él ya sabe vivir el equipo que dirige Ronald Koeman.

Sin él, sin el 10, puede ser la hora del 9. Puede ser la hora de Memphis Depay. La de un jugador que ya el pasado curso estuvo cerca de vestir la azulgrana y que en esta ocasión así está siendo. Gratis, del Olympique de Lyon, firmó el atacante líder de la selección de Países Bajos. Y como buen líder que es de ello ejerció ante la Real Sociedad.

No quedó del todo claro en qué posición estaba jugando... porque jugó en muchas. Con Braithwaite y con Griezmann, del que posteriormente se hablará, el dorsal 9 del Barça, inscrito tras la rebaja salarial de Gerard Piqué, hizo lo que quiso, como quiso, donde quiso y cuando quiso.

Que si aquí, que si allí... y asistencia

Se movió por toda la zona de ataque. Por la zona central, por la derecha, por la izquierda... En pocos toques, siempre presente, dando opción a sus compañeros. Sí, a buen seguro esa forma de jugar le suena a la afición del Barcelona.

Sacó un par de saques de esquina con peligro, y finalmente obtuvo premio. Premio en forma de asistencia con un envío precioso directo a la cabeza de Gerard Piqué que marcó el 1-0 del Barça ante la Real Sociedad. Y en el 3-0, impresionante pase filtrado a Jordi Alba que acabó en asistencia para Braithwaite.

Griezmann, eléctrico

Antoine Griezmann también tuvo su peligro. De manera diferente al de neerlandés, pues el galo funciona más a chispazos, pero dos de ellos estuvieron cerca de electrocutar a la Real Sociedad antes de que llegase el 1-0 al luminoso.

Los dos se quedaron muy cerca de ser gol, y uno de ellos habría sido un soberbio golazo en un remate acrobático que se marchó fuera por muy poco. Su otra ocasión del primer acto, un cabezazo que dio en el larguero.

Se posicionó en la banda derecha del ataque culé, para perfilarse con su zurda. Fue él con quien comenzó la presión, ordenada e intensa, del Barça ante una Real que dio el susto en los minutos finales en el Camp Nou.

Braithwaite, goleador

Así pues, el primer partido oficial de la era sin Messi en el Barça acabó con sonrisas y con un equipo que jugó de manera brillante con y sin balón, y con un Memphis que quiere liderar de azulgrana como lidera de naranja en Países Bajos. Y desde Dinamarca, Braithwaite, con un doblete.

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