Con lo sucedido en el Cádiz - Barça aún en la memoria, el partido entre el Real Madrid y Osasuna tuvo que detenerse un par de minutos debido a una incidencia médica en las gradas del Santiago Bernabéu.

Pasado el cuarto de hora de partido, miembros de la Cruz Roja se dirigieron a una zona del feudo madridista para atender a un aficionado, que necesitó de asistencia sanitaria.

Cuadra Fernández, árbitro del duelo, detuvo el encuentro en el minuto 20 mientras atendían al hincha que acudió al Bernabéu.

En ese momento, Megía Dávila, delegado del Real Madrid, fue directo a la grada donde sucedió el incidente para ver qué estaba pasando y para preocuparse por el aficionado.

Pasados unos minutos, y con el Bernabéu en completo silencio, Megía Dávila dio el O.K. a Cuadra Fernández, que reanudó el duelo pasados un par de minutos desde que lo detuvo por una emergencia médica.

Por suerte todo quedó en un susto y el aficionado, que tuvo una bajada o una subida de tensión según informó DAZN, se marchó por su propio pie a una clínica.

Pero durante varios instantes, y como sucedió en el Nuevo Mirandilla, se temió algo mucho más grave en la grada del Bernabéu.